Dicho así suena duro, pero creo que todos tenemos muchas ganas. Como actividad NO esencial, volvemos a la fábrica después de Semana Santa.
Y digo que suena duro porque nadie sabe cómo va a ser esta etapa. ¿Cómo está la plantilla? La salud de los nuestros lo primero. ¿Y los clientes y colaboradores? ¿Cómo va el ánimo? ¿Qué secuelas aún, y sin tener afectados en nuestras familias, va a dejarnos este virus?
Se irá viendo, pero también es positivo que la actividad económica se reanude para que el país no siga paralizado. Todos somos responsables, empresas y trabajadores de seguir las medidas de prevención recomendadas.
A pesar de que desde algunas instancias parece que se nos envíe al matadero y se nos repita que somos muy desgraciados por tener que reincorporarnos a nuestros puestos de trabajo, sinceramente, si las cosas ya se hacían bien antes del parón, no hay que temer al contagio. Aunque evidentemente el riesgo 0 no existe y si lo que queremos es 0 contagios la alternativa es quedarnos todos en casa hasta tener la vacuna. ¿Y quién lo paga?.
Deseo que esta reincorporación sea el preludio de los demás desconfinamientos, y estoy segura de que saldrá bien, y de que poco a poco todos volveremos a la normalidad.
Pensar en positivo también es un trabajo y nadie dice que sea fácil, pero no imposible.