Tanto si pintamos a nivel profesional como por afición, hay una serie de herramientas y materiales que son básicos para obtener un resultado impecable en cualquier trabajo.Una brocha o un pincel de poca calidad pueden dar al traste con cualquier acabado, aunque hayamos usado la mejor pintura del mercado.
Sin entrar en la preparación y protección de la superficie, vamos a comentar los diferentes tipos que existen en el mercado.
Pinceles
Son redondos, acabados generalmente en punta y se utilizan para los sitios donde el rodillo y la brocha no pueden llegar.
Brochas
Suelen terminar en plano y permiten distribuir la pintura de forma regular por toda la superficie.
Pueden ser de cerdas naturales o sintéticas. Si son de calidad, ambas texturas son ideales, pero algunos tipos de pintura admiten mucho mejor las naturales, como por ejemplo los barnices.
Rodillos
Cuando pintemos una superficie grande necesitaremos rodillos para que la tarea sea mucho más sencilla y rápida. Los hay de lana, de espuma y de texturas especiales para decoraciones más sofisticadas.
Una vez hayamos acabado, si vamos a usarlos nuevamente en unas horas, bastará con sumergirlos en agua o disolvente dependiendo de la pintura utilizada, para que estén listos para el siguiente pintado. Si no se van a usar en un período largo de tiempo, retiraremos la pintura con disolvente o agua, y después lavaremos bien con agua y jabón. Los secaremos cuidadosamente, mejor suspendidos, para que no se peguen.
Con tantos medios para un pintado fácil, ya no tenemos excusa. Podemos experimentar un sinfín de acabados.