Ahora que el calendario marca el cambio de estación, a pesar de haber sido un invierno inusualmente cálido, hay que pensar ya en la puesta a punto de nuestros muebles de jardín y terraza. Embellecen nuestros espacios pero sufren las inclemencias del tiempo y si no se usan es mejor mantenerlos a cubierto. Aunque con esta eterna primavera muchos los habrán dejado todo el año fuera. Seguro que hemos pasado más de un día soleado al aire libre y nos hemos tomado algún café sentados en sillas de madera, de hierro, de fibras… Tanto si los muebles han estado a la intemperie todo el invierno aprovechando las buenas temperaturas, como si han estado guardados en almacenes y desvanes, conviene prepararlos para el sol y las altas temperaturas que se acercan.
A veces, una limpieza a fondo con agua y jabón será suficiente pero en otras ocasiones se requerirán tratamientos específicos para que duren más. Una vez limpios, se puede dar una capa de barniz incoloro para protegerlos. En el caso de muebles de fibras, si han perdido color, se pueden pintar con un aerosol, para que penetre mejor la trama del mueble. En el caso de muebles de madera, generalmente las maderas utilizadas para exteriores son muy resistentes y se degradan menos, pero se decoloran fácilmente. Una vez limpios se pueden pintar para igualar el color. Los muebles de hierro y forja, muy señoriales, son los más duraderos pero tienen el inconveniente de que se oxidan. En este caso, hay que lijar bien con un cepillo de alambre o una lija especial. Una vez secos, aplicaremos una pintura antioxidante.
Actualmente también se utilizan materiales innovadores, como el aluminio y el metacrilato para ambientes especiales pero son muy caros. Sus cuidados requieren una limpieza delicada, ya que no se pueden pintar.
Estos consejos son muy básicos, pero como siempre ante cualquier duda mejor preguntar a un especialista. Cuanto mas tiempo pase antes de su protección, más difícil será su mantenimiento.