Ahora que los días son largos y el sol brilla como nunca, los edificios quedan expuestos a la luz en todo su esplendor. Pero si la fachada, que es el escaparate de la construcción, no está en condiciones, los defectos resaltarán mucho más que en los fríos y grises días de invierno.
Los desperfectos pueden darse por un mal estado del soporte o por un pintado inadecuado. La elección del tipo de pintura más conveniente para un resultado duradero dependerá en buena parte de la climatología donde esté ubicada la fachada. Pero es básico que sea de calidad para que mantenga sus propiedades a lo largo del tiempo y en el caso de color, que los pigmentos y las cargas sean de alta resistencia a la luz. Aquí dejamos unos consejos básicos, pero para mayor información consulten nuestro catálogo de patologías y soluciones para fachadas:
- Para la protección de fachadas de la acción del agua, manteniendo sus propiedades, recomendamos hidrofugarlas sin alterar su aspecto.
- Si los edificios están expuestos a mucha lluvia o en primera línea de mar será aconsejable que la pintura tenga un componente impermeable.
- Si las superficies presentan microfisuras, se puede dar un acabado texturado para cubrirlas y disimularlas.
- En lugares muy húmedos y lluviosos será apropiado dar una capa que repela el agua y además tenga efecto antimoho, para prevenir el moho y el verdín.