Si hace unos días comentábamos cómo acabar con las antipáticas humedades de las paredes, en este artículo abordaremos la reparación de cubiertas, azoteas y terrazas, cuyos daños en la mayoría de casos también han sido provocados por el agua.
Para empezar hay que limpiar muy bien el soporte con medios mecánicos, cepillo, agua a presión…
Si hay contaminación por grasas y aceites aplicaremos un desengrasante manualmente o mediante pulverización con máquinas automáticas o fregadoras rotativas.
En caso de soportes con problemas de humedades y aparición de moho, hongos o verdín, aplicaremos un producto específico para eliminarlos.
Todas las superficies deberán encontrase firmes, saneadas, limpias de líquenes y suciedades y sin desperfectos de juntas y resillas. Si además de la limpieza el paramento precisa reparación, será necesario picar y eliminar todas las zonas defectuosas y rellenar el vacío con mortero seco y las juntas con poliuretano flexible. Una vez seco procederemos a aplicar el revestimiento más adecuado, en función de la ubicación, condiciones meteorológicas y usos a que vaya destinado.
La impermeabilización estándar de terrazas y cubiertas se realiza del siguiente modo:
1 – Imprimar, para evitar la formación de burbujas en la impermeabilización y mejorar la adherencia.
2 – Aplicar una mano de impermeabilizante terrazas.
3 – Colocar velo o malla y aplicar encima dos o tres manos más de impermeabilizante hasta conseguir el grosor recomendado.
Si fuera necesario aumentar las propiedades se utilizarían materiales más resistentes. Les dejamos un link con nuestros sistemas de impermeabilización para que observen como es posible mejorar las prestaciones de nuestras cubiertas y terrazas con una correcta impermeabilización a medida.