Si enero es el mes del cierre del ejercicio, febrero es sin lugar a dudas el mes de las estadísticas.
Tradicionalmente, bueno ahora ya nada es como antes, febrero es un mes frío y para las fábricas de pinturas , de poca actividad. Eso no me alegra, claro, pero creo que hasta lo agradezco porque ante la avalancha de formularios e impresos que hay que rellenar, ¿que sería de nosotros si tuviésemos en esta época las puntas de trabajo del verano?.
Prefiero no pensarlo, porque además de las declaraciones obligatorias como el 347, las fábricas tenemos muchos más registros en los que ocupar nuestro día a día, como la declaración de residuos y la de envases, y si usted se encuentra entre los agraciados que recibe estadísticas del INE para cumplimentar, pues… pues eso, que el tiempo productivo queda superado por el dedicado al papeleo.
Las normativas cambian y la presión para que las empresas respeten la legalidad y el medio ambiente afortunadamente también, pero a veces tengo la impresión de que nuestros negocios no importan, cuando son los motores de la economía y por tanto deberían ser los principales aliados de la administración.
Espero con delirio que llegue marzo aunque se prevé movido porque el mercado de las materias primas empieza a despertar de la calma vivida los últimos años.
Como ven, no hay tregua ni tranquilidad, cada mes tiene sus pegas, pero no nos cabe ninguna duda de que cerraremos el ciclo y, volveremos a rellenar papeles, satisfechos de haber superado un año más, aportando conocimiento y riqueza al país. Sin hacer ruido, casi por la puerta de atrás. Así es la empresa.